Los dos vehículos de exploración de la NASA que rastrean la superficie de Marte, el 'Opportunity' y el 'Spirit', han descubierto que en el Planeta Rojo pudo existir un gran mar con una superficie superior a la del mar Báltico o a la de los Grandes Lagos.
Según un artículo que publica el último número de la revista 'Nature', la región que rodea a la zona de aterrizaje de los vehículos pudo tener una masa de agua superior a los 330.000 kilómetros cuadrados.
El pasado marzo, los robots de la 'Opportunity' que estaban rastreando la superficie marciana confirmaron la existencia de minerales ricos en hematita, un mineral de óxido de hierro que se forma en contacto con el agua.
Basándose en un sistema de emisiones de imágenes termales, los autores de la investigación han demostrado que estos minerales se extienden a lo largo de miles de kilómetros alrededor de la zona de aterrizaje de los rover.
Si estos minerales proceden de la deposición marina, afirman, la cantidad de agua existente en la zona de aterrizaje "debía de ser comparable" a la del mar Báltico o la de los Grandes Lagos.
Asimismo, la masa de agua podría haber sido lo suficientemente profunda como para dar lugar a sedimentos de unos 500 metros de profundidad.
A juicio de los científicos, estos datos demuestran la existencia en Marte de un clima "diferente" al actual que podría haberse prolongado durante un "largo" período de tiempo, lo que podría constituir un indicio de la existencia de vida en el Planeta Rojo.
Fuente: Diario El Mundo (España*
Opportunity demuestra de manera concluyente que en Marte hubo agua líquida
Uno de los dos vehículos de exploración que la NASA tiene sobre la superficie de Marte, el Opportunity, ha descubierto minerales que prueban de manera "concluyente" que en el Planeta Rojo hubo agua líquida en el pasado, ha anunciado este martes el responsable de operación de los 'rovers', Steven A. Squyres, quien ha señalado que los minerales encontrados, además, ?son muy buenos? para que se hayan conservado en ellos restos de vida, aunque esto no pueden comprobarlo los robots.
L D (EFE) Squyres, el investigador principal de la NASA al cargo del manejo del Opportunity y de su gemelo Spirit, ha explicado este martes en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo que el primero de los dos 'rovers' está estos días descendiendo por un cráter de unos 150 metros de diámetro llamado Eagle, donde ha encontrado sulfatos que necesariamente se han formado en contacto con el agua.
El investigador, perteneciente a la Universidad de Cornell, recordó que 'Spirit' ya había encontrado en las colinas Columbia hematita, un mineral de óxido de hierro que se forma en contacto con el agua, aunque no en todos los supuestos. "Lo que es realmente concluyente es que hayamos encontrado los sulfatos", indicó Squyres, en referencia a los sulfatos de hierro, magnesio y calcio que Opportunity ha hallado en los estratos rocosos del interior del cráter.
La NASA cree que esos sulfatos se "precipitaron" de una cantidad importante de agua que cubrió en el pasado el lugar por donde Opportunity está rastreando la superficie marciana, en el llamado 'Planus Meridiani', aunque Squyres no se atrevió este martes a aventurar una cifra aproximada de en qué momento se formaron, pues los instrumentos del Opportunity no son capaces de calcular su antigüedad. Para ello, sería necesario contar con una nave que trajera las muestras de vuelta a la Tierra, coincidieron Squyres y el coordinador del curso sobre el Planeta Rojo en el que participa, Juan Pérez Mercader, director del Centro Español de Astrobiología. En la nave trabaja ya la NASA, pero no se lanzará hasta 2013.
Las naves Mars Global Surveyor, de la NASA, y Mars Express, de la Agencia Espacial Europea (ESA), ya habían detectado desde la órbita del planeta indicios de que en Marte pudo haber existido agua. Pathfinder, el primer 'rover' que se posó sobre el Planeta Rojo, no pudo confirmarlo.
El científico australiano resaltó además que las rocas encontradas en el Planus Meridini no sólo son importantes por su relación con el agua, sino porque son minerales "muy buenos para que se hayan preservado en ellos evidencias de actividad biológica, si es que la hubo". Sin embargo, el instrumental que lleva Opportunity no está preparado para buscar esos posibles restos de vida. "Pero ya sabemos dónde buscar", añadió Squyres, en referencia a las futuras misiones que planea la NASA.
"Estamos viviendo un momento muy importante para la Historia de la Humanidad, aunque quizás no nos demos cuenta de ello hasta que pase un tiempo, como siempre", dijo el investigador, convencido de que "por primera vez" se empieza a ver que las condiciones para la vida también pudieron darse en otros planetas.
Aún queda mucho por hacer
Opportunity aún tiene mucho trabajo en perspectiva. Debe probar si, además de haber estado expuestas al agua tras su formación, las rocas del afloramiento pudieron haber sido creadas en parte por la precipitación de una solución de minerales en el fondo de un lago o de un mar salado.
Este geólogo de campo robótico ha dedicado casi tres semanas a estudiar completamente dicho afloramiento, volviendo después para una inspección con más detalle de porciones seleccionadas. El róver encontró una concentración muy alta de azufre en esta masa rocosa con su espectrómetro de rayos X de partículas alfa (obra de ingenieros alemanes), que identificó los elementos químicos de una muestra. «La forma química en que aparece este azufre es en forma de sales sulfatadas de magnesio y de hierro, así como en otras sales de azufre» ha señalado Benton Clark, de Lockheed Martín Space Systems. «También se han detectado elementos que pueden formar sales de cloruros o hasta de bromuros.»
En el mismo emplazamiento, el espectrómetro Móssbauer del róver (y también de origen alemán), y que es capaz de identificar minerales que portan hierro, ha podido detectar un mineral de sulfato de hierro hidratado llamado jarosita. El espectrómetro miniaturizado de emisión térmica del vehículo también ha proporcionado pruebas de la existencia de sulfatos.
En nuestro planeta, las rocas con tanta sal como esta marciana, o bien se han formado en agua o bien, tras su formación, han sido alteradas por una larga exposición a ella. La jarosita puede apuntar a una historia de la roca bajo las aguas, como si hubiera estado en un lago ácido o en un entorno de arroyos o manantiales calientes también ácidos.
Diferentes evidencias, no definitivas, pero apuntando en un sentido.
Pero parece ser que hay más pruebas. Imágenes tomadas por la cámara fotográfica panorámica y la microscópica del róver revelan que la roca llamada «El Capitán» está llena de unas minúsculas marcas tabulares ?como huecos? de forma laminada, de alrededor de un centímetro de largo y un cuarto o menos de ancho, con orientaciones aparentes al azar. Esta especial textura es conocida por los geólogos ya que suele ser típica de rocas situadas en agua salobre en cuyo interior se forman cristales de mineral. Cuando los cristales desaparecen posteriormente, por la erosión o disolviéndose en agua menos salada, dejan estas pequeñas marcas como huecos.
También se han hallado partículas redondas encajadas en la masa rocosa. Partiendo tan sólo de su forma, estas esférulas se pudieron formar a partir de erupciones volcánicas, de microimpactos de gotitas fundidas por un impacto meteorítico, o por la acumulación de minerales que emergen de una solución desde dentro de una roca porosa, empapada de agua, que es la hipótesis que sostienen los investigadores de la NASA como la más posible.
Las observaciones de Opportunity sobre que las esférulas no están concentradas en capas particulares de la masa rocosa, no favorece la hipótesis de un origen volcánico o de impacto, aunque no la elimina del todo.
Las imágenes obtenidas no nos permiten una respuesta definitiva todavía. Por ello, los científicos están planeando acercar la Opportunity a los rasgos más prometedores, para darles un nuevo y mejor vistazo.[Tribuna de Astronomía]